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Aliocha Solovera: "Como Ensamble Contemporáneo UC, tenemos la libertad de tocar las obras que nos parecen interesantes y valiosas; no tenemos ningún otro tipo de compromiso"

26 de octubre de 2023


El conjunto estable del Instituto de Música UC estará a cargo del concierto de cierre de la 59a Temporada de Cámara UC, el martes 31 de octubre. Su fundador y director, Aliocha Solovera, profundiza en el rico repertorio que abordarán de Juan Carlos Paz, Mauricio Kagel y Martín Matalón, este último, con un estreno en Chile. Son obras que marcaron la pauta, escritas todas por compositores argentinos que tuvieron influencia a nivel internacional y que abrieron nuevos caminos. "Además de ser tres compositores importantes, están muy integrados a las tendencias más universales de la música contemporánea. Ninguno de los tres presenta lo que muchas veces se espera de un compositor latinoamericano, es decir, elementos del folclor", aclara el profesor Solovera.

Más de 200 obras ha estrenado en sus más de 20 años de trayectoria el Ensamble Contemporáneo, que dirige Aliocha Solover. Y lo ha hecho con un cuidado equilibrio entre nuevas obras chilenas y partituras claves del repertorio universal que nunca se habían escuchado en nuestro país.

Ahora, en el cierre de la 59a Temporada de Cámara UC, el conjunto estable del Instituto de Música UC pone el foco en tres compositores argentinos que jugaron un rol clave a nivel internacional, en tanto sus producciones y estéticas influenciaron a creadores de diversas latitudes del orbe.

El programa se titula “Compositores argentinos y su huella en la música contemporánea universal” e incluirá el estreno en Chile de Trame IV de Martín Matalón, así como las obras Dédalus de Juan Carlos Paz y Match de Mauricio Kagel. El concierto se realizará a las 19 horas del martes 31 de octubre en el Auditorio del Centro de Extensión Oriente (Jaime Guzmán 3.300, inscripción aquí).

Aliocha Solovera: "Además de ser tres compositores importantes, están muy integrados a las tendencias más universales de la música contemporánea. Ninguno presenta lo que muchas veces se espera de un compositor latinoamericano, es decir, elementos del folclor".

"Además de ser tres compositores importantes, están muy integrados a las tendencias más universales de la música contemporánea. Ninguno de los tres presenta lo que muchas veces se espera de un compositor latinoamericano, es decir, elementos del folclor. Justamente nos interesó esta característica más universal que se ve en la música de estos tres compositores", señala Aliocha Solovera, compositor y subdirector académico del Instituto de Música UC.

Las tres obras elegidas corresponden a tres momentos muy diversos: la de Paz es de 1950; la de Kagel, de 1966, y la de Matalón, de 2001. "Son tres generaciones distintas", señala el director del Ensamble Contemporáneo. Porque Paz nació a fines del siglo XIX, mientras Kagel nació en 1931 y Matalón en 1957.

"Ya en el año 1950, Juan Carlos Paz escribe Dédalus, que es una obra dodecafónica. Es bastante notable que justo en el período en que recién se empezó a conocer la música de Schoenberg más allá de Austria y Alemania, él ya estaba en pleno dominio de conocimiento de esta técnica y de este lenguaje", comenta Aliocha Solovera. El punto de inflexión fue en 1947, con la publicación del libro Schoenberg y su escuela, de René Leibowitz. Recién entonces se dio a conocer la música del compositor austríaco y la técnica dodecafónica en Francia.

"Estamos hablando de que en el año 50, en Argentina, este compositor está perfectamente enterado y se percibe que conocía muy bien la técnica, así como la música de Schoenberg y Webern", agrega el profesor Solovera.

En los años 50 todavía estaba muy presente la tendencia de incluir elementos identitarios desde el folclor, muy en la línea de los movimientos nacionalistas que en Europa se dieron en el siglo XIX, pero en América Latina se produjeron más tarde. Paz no se sumó a la moda. En cambio, "dominó y utilizó una serie de cánones y de variaciones, elementos que son propios de toda la tradición de la música de tradición escrita occidental", explica Solovera.

 

"Por otro lado tenemos a Mauricio Kagel, quien pasó la mayor parte de su vida como compositor en Alemania, y fue uno de los pioneros de esta línea que sigue hasta hoy día del teatro musical en la música contemporánea, o sea, de integrar elementos teatrales en las obras de concierto".

En el caso de Mauricio Kagel, interpretarán Match, que es una obra para dos violonchelos y percusión. ¿Qué le gustaría destacar de este compositor y de esta obra que funciona como un partido de tenis?

"Quizás lo más sobresaliente de Mauricio Kagel es su adhesión al nuevo teatro musical que surge desde la música docta contemporánea, y que implica asumir que la música ocurre dentro de un escenario, que es un espacio que tiene una visualidad, la cual puede ser mucho más elaborada. Y esto con algunas ideas extramusicales que dan un contenido también desde lo escénico, desde lo teatral. De hecho, Match es una especie de duelo entre los dos chelos y el percusionista, quien es una especie de árbitro entre los dos".

¿Qué nos podría decir del lugar que ocupa como creador Martín Matalón, que es el único de los tres compositores que está vivo, y de por qué decidieron abordar una obra suya?

"Martín Matalón, compositor que reside en Francia, adscribe a la música del Nuevo Virtuosismo. Él tiene una serie de siete conciertos para solista y orquesta; nueve para solista en ensamble, y uno de estos es el que vamos a escuchar: Trame IV, que es una obra para piano y once músicos. Como Ensamble Contemporáneo gozamos de una independencia que es muy importante. No estamos obligados a tocar una obra porque de esa manera nos vamos a financiar. Actualmente, sucede en Europa que muchas veces los compositores consiguen el financiamiento para sus proyectos y se los proponen a los ensambles y los ensambles los ejecutan porque así también se financian. En cambio, nosotros tenemos la libertad de tocar las obras que nos parecen interesantes y valiosas; no tenemos ningún otro tipo de compromiso. Creo que ésa es la principal razón por la cual elegimos las obras que presentamos. En este caso, me interesaba hace bastante tiempo hacer esta obra, Trame IV, por dos razones. Primero, porque me parecen muy interesantes muchas de las obras de esta serie Trame de Matalón. Segundo, porque contamos en el ensamble con el pianista Luis Alberto Latorre, que sabemos que tiene un nivel pianístico que la hace posible. Todas las obras de esta serie, que son muchas, son de una alta dificultad. Entonces, teníamos la capacidad de hacerla y también el interés. Creo que Matalón es un excelente compositor, entonces es bueno que se dé a conocer".

Aliocha Solovera: "Creo que el próximo concierto del Ensamble Contemporáneo no será para nada una experiencia fría, sino que muy sensorial. Es música que entra más bien a través de la emoción, porque son obras muy viscerales, las tres"

En el concierto del martes 31 de octubre, actuará el Ensamble Contemporáneo UC, que integran Karina Fischer, en flauta; Dante Burotto, en clarinete; Davor Miric, en violín; Georgina Rossi, en viola; Alejandro Tagle, en violonchelo, y Luis Alberto Latorre, en piano, más Aliocha Solovera, en dirección. Se les sumarán como invitados, Constanza Muñoz, en fagot y contrafagot, Walter Rathgeb, en violonchelo, y Gamaliel Roa, en percusión, además de cuatro académicos de Música UC: el cornista Eugenio Cáceres, el trompetista Hermes Quintanilla, el percusionista Gerardo Salazar y el contrabajista Carlos Arenas.

Es posible que parte del público tenga prejuicios y se imagine que escuchará en este concierto música cerebral, fría. ¿Qué tipo de experiencia vivirán los auditores?

"Creo que no será para nada una experiencia fría, sino que muy sensorial. Es música que entra más bien a través de la emoción, porque son obras muy viscerales, las tres".

Aliocha Solovera: "El mito de que el dodecafonismo es un procedimiento técnico y poco intuitivo lo hemos ido rompiendo una y otra vez con el Ensamble Contemporáneo"

El Ensamble Contemporáneo fue fundado a fines de los años 90 por Aliocha Solovera, después de haberse formado en Austria. En sus inicios, este ensamble funcionó al alero de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, donde este compositor enseñaba. Pero desde que Solovera concentró su actividad docente en la Universidad Católica, el Ensamble Contemporáneo se radicó en el Campus Oriente UC.

Los siete intérpretes que integran este conjunto trabajan todos los días lunes, a lo largo del año. Así lo han hecho desde 1997. Y ello les permite abordar repertorio especialmente desafiante y emprender misiones artísticas que tienen un gran impacto en el medio nacional. Pero hay más, como explica el profesor Solovera.

"Esto implica varias cosas. Primero, poder abordar obras de mayor complejidad que no se podría abordar en unos pocos ensayos. Por eso nosotros hemos estrenado muchas obras de repertorio contemporáneo universal que no se habían presentado acá y que si se habían presentado generalmente había sido por grupos extranjeros, como el Opus 29 de Schoenberg, el Concierto de Cámara o el de Piano de Ligeti. Dado que todos tenemos otras actividades aparte del ensamble, trabajar pausadamente durante todo el año nos resulta más viable", aclara el compositor.

Asimismo, el Ensamble Contemporáneo también ha interpretado varias veces Pierrot Lunaire, además de Serenata y la 1a Sinfonía de Cámara, todas obras de Schoenberg. "El mito de que el dodecafonismo es un procedimiento técnico y poco intuitivo lo hemos ido rompiendo una y otra vez con el Ensamble Contemporáneo, justamente presentando en Chile obras de Schoenberg, cuyo expresionismo se instala más bien en una línea posromántica y para nada como una música fría y estructuralmente compuesta desde algún procedimiento teórico", indica Aliocha Solovera.

El profesor Solovera es enfático: lejos de ser un rupturista radical, Schoenberg fue quien desarrolló la tradición. "Él decía que el referente para sus cuartetos de cuerdas eran los cuartetos de Mozart. Schoenberg y su escuela no se trataban para nada de una ruptura con la tradición, pero de alguna manera se malinterpretó por este método dodecafónico que muchos de quienes lo han criticado no lo han podido siquiera conocer suficientemente bien como para saber que tiene suficiente libertad y flexibilidad y que no es un método ni mecánico ni anti musical, sino que deja espacio para la invención, la emoción y todo lo demás. No es algo netamente técnico y mecánico. A Schoenberg, que primero fue muy celebrado y luego criticado por no ser suficientemente rupturista, después lo pusieron en el mismo saco con los que quizás un poco exageraron en este serialismo de los años 50, con el serialismo integral, que fue algo muy breve, pero tuvo un impacto por su radicalidad. A Schoenberg se le acusa un poco de lo mismo, como si él hubiese querido hacer una música totalmente nueva y que resulta de una especulación teórica. Sin embargo, la verdad es que eso no era cierto", asegura el académico UC.

El programa que abordarán el 31 de octubre en el Centro de Extensión Oriente, además, derriba otro mito: la tendencia a pensar que toda música latinoamericana incluye necesariamente elementos del folclor. "Al pensar que son tres compositores argentinos, uno quizás espera algo netamente argentino. Pero yo le diría al público que no esperen esto, porque no lo va a haber. En este caso, son justamente compositores que están muy adscritos a tendencias más universales; Juan Carlos Paz, a la dodecafonía y el expresionismo de Schoenberg, y los otros dos compositores la mayor parte de su vida no vivieron en Argentina, por lo tanto, estuvieron integrados a movimientos propios de los lugares en los cuales en los cuales habitaban: Mauricio Kagel en Alemania y Martín Matalón en Francia", señala Aliocha Solovera.

"Si se busca algún rasgo local, ése siempre puede estar, pero de una manera muy sutil. No hay por qué esperar siempre algo evidente. Ahora, sin ser folclórica, de todos modos tiene una cierta identidad, tal como el Barroco francés puede ser distinto del Barroco italiano. Pero son sutilezas, no son diferencias gruesas y yo creo que eso es lo interesante, en vez de quedarse en la idea de que la música tiene que diferenciarse de manera muy notoria. En el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, se forzó mucho esto, fue casi una obligación integrar elementos folclóricos como expresiones entendidas como más locales. Sin embargo, creo que la identidad también se puede dar siendo parte de un mundo universal, en lo que es compartido, y yo diría que estos tres compositores están en esa línea. No sería tan fácil definir qué tienen de argentinos, pero siempre van a ser un poco distintos de los compositores de esos mismos lugares donde ellos estuvieron realizando su actividad", agrega.

Podría llamarle la atención a alguien que haya tres compositores argentinos que dejaron huellas significativa en la segunda mitad del siglo XX, más allá de las fronteras de su propio país. ¿Qué quisiera mencionar sobre esta mirada tan eurocentrista que tendemos a tener en la música clásica?

"Pienso que a veces se confunde lo que pueden ser expresiones culturales más universales o más locales. A veces se piensa, acá, que la música popular es más representativa de nuestro país, y se olvida que también en Alemania hay música popular, igual que música neofolclórica. Ahora, lo que se suele llamar música europea, en realidad hace tiempo que terminó siendo una música universal: tenemos música barroca en Bolivia, en Perú e incluso algo en Chile. Y así como compositores italianos se fueron al norte de Europa, hacia Alemania, otros vinieron a Latinoamérica. Muchas veces se confunde lo europeo con lo universal.  Europa tiene una posición geográfica que históricamente le permitió estar conectada prácticamente con todos los rincones del planeta, con información y con flujo de personas y de productos. Entonces lo que se llama europeo a veces se confunde con algo que en realidad no es tan europeo. Pensemos que los instrumentos de cuerdas llegaron a Europa desde el norte de África y desde el Medio Oriente, y el canto gregoriano, que se considera como la base de la música occidental, también proviene del norte de África, del Medio Oriente. Entonces hay una confusión entre lo que es universal y lo que es local, olvidándose de que en Europa también existe lo local y lo universal. Por ejemplo, la música que a través de la Iglesia, que era un elemento unificador de los distintos países que habían pertenecido al Imperio Romano, se siguió expandiendo dentro de Europa y después a Asia, África y América. Así se generó una cultura que tiene rasgos más universales y que quizás contiene una mezcla de rasgos locales de muchos lugares, por haber sido espacios muy transitados y que estaban muy conectados. La condición que tuvo Europa y su conexión con otras latitudes, otras culturas y conocimientos de otros lugares hizo que se juntaran ideas de muchos lugares. Por eso yo creo que no es una buena comparación tomar el folclor de un país latinoamericano o africano y ponerle de contraparte una sinfonía de Beethoven. No me parece una comparación correcta".

 

 

 

 

 

 

 

 

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