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En emotiva ceremonia presidida por el rector UC Ignacio Sánchez, el clarinetista y dermatólogo Rubén Guarda donó su valiosa colección de 450 partituras a la Universidad Católica

25 de julio de 2023


"Yo esperé vivir 120 años para poder terminar de tocarlas todas, pero la suerte no lo quiso así", declaró el clarinetista y dermatólogo Rubén Guarda, quien donó a la UC su valiosa colección de partituras. "El que podamos ser custodios de esta donación es algo que nos emociona y nos compromete", declaró el rector UC Ignacio Sánchez, agradeciendo la confianza del intérprete que estrenó en Chile 95 de las obras. Este invaluable acervo estará disponible para el sistema universitario y enriquecerá el estudio y la práctica de la música de cámara, además de acrecentar el repertorio disponible, ya que gran parte de este legado no ha sido hasta ahora ejecutado.

photo_camera Rubén Guarda Tatin e Ignacio Sánchez, rector UC. Foto: César Cortés.

Una valiosa donación, que reúne atributos patrimoniales y también un significativo potencial educativo, se llevó a cabo el lunes 17 de julio en la Casa Central de la Universidad Católica. El dermatólogo y clarinetista Rubén Guarda Tatin, quien ejerció la docencia en Facultad de Medicina UC por 17 años, donó a la Universidad Católica su colección personal de más de 450 partituras.

La ceremonia fue encabezada por el rector UC Ignacio Sánchez y participaron, entre otros, Magdalena Amenábar, vicerrectora de Comunicaciones y Extensión Cultural UC; José Miguel Burmeister, director de Asuntos Jurídicos UC; Marcela Rivera, subdirectora de Recursos, Formación y Archivos de Bibliotecas UC; Emilio de la Cerda, director del Núcleo de Colecciones Patrimoniales UC, y Aliocha Solovera, subdirector académico del Instituto de Música UC, así como la señora del donante, Jacqueline Juliá.

Ignacio Sánchez, rector UC: "El que podamos ser custodios de esta donación es algo que nos emociona y nos compromete"

El rector Ignacio Sánchez fue enfático al agradecerle a Rubén Guarda "el depositar la confianza en nosotros". Indicó que "el que podamos ser custodios de esta donación es algo que nos emociona y nos compromete". Destacó igualmente el valor de este legado: "uno sueña que estudiantes y nuevos investigadores se puedan enriquecer con lo que usted cultivó durante 40 o 50 años".

El rector UC Ignacio Sánchez y Rubén Guarda. Foto: César Cortés.

Rubén Guarda es actualmente académico de la Universidad de los Andes y antes lo fue de la Universidad de Chile y de la Universidad del Desarrollo. Fue dos veces presidente de la Sociedad Chilena de Dermatología y Venereología y por 25 años presidente del comité de esa especialidad en la Corporación Nacional Autónoma de Certificación de Especialidades Médicas (Conacem).

Asimismo, Rubén Guarda fue el primer clarinetista titulado en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, en 1975, y entre 1977 y 1979 fue asistente del solista de clarinete de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, Luis Rossi. Entonces dejó la agrupación para centrarse en su actividad médica, pero de todas maneras desarrolló una carrera musical, por ejemplo, como miembro del Trío Mistral entre 1982 y 1992. Cerró su trayectoria artística en 2018, y con la Cuarta Sinfonía de Piotr Ilich Tchaikovsky, pieza que exhibe un reconocido y vistoso solo del clarinete, con la Orquesta Mundial de Médicos, que integró entre 2014 y ese año.

Partituras de la colección donada por Rubén Guarda. Foto: César Cortés.

"La Universidad de Concepción es mi casa matriz de medicina, pero en música mi casa matriz en la Universidad de Chile", señaló Rubén Guarda. Explicó que se había decidido por la Universidad Católica como custodia de sus más de 450 partituras por la coordinación que vio en la UC entre las áreas de biblioteca, música y jurídica, "un ensamblaje que hace posible que ustedes reciban la donación de Violeta Parra, de Juan Pablo Izquierdo, y muchas más". Destacó especialmente la diligencia de la que fue testigo después de manifestar su intención de llevar a cabo esta donación: "A los tres días tenía a cinco de ustedes en Zoom para discutirlo de inmediato, fue una mecánica de primer mundo".

Emilio de la Cerda, director de Patrimonio Cultural UC, detalló algunas características de la donación: "La colección que recibe la universidad hoy consta de 450 partituras de música en edición original para clarinete solo y diversas combinaciones con voz, piano, vientos, cuerdas y percusión. Cuenta con un completo inventario, que ha sido elaborado por el profesor Guarda". Puntualizó, además, que ese inventario fue confirmado por el equipo de Bibliotecas UC, que lidera Marcela Rivera, y que se sumarán libros de temáticas vinculadas a la práctica musical que son parte de la biblioteca personal del dermatólogo y clarinetista.

"Este material ha sido reunido por el doctor Guarda a lo largo de su carrera, por décadas, en diversos viajes, en distintos lugares del mundo. Es único en su tipo y constituye un acervo muy valioso para la universidad", aseguró De la Cerda.

Rubén Guarda: "Esta donación representa parte de mi vida y me alegro mucho de que esa parte de mi vida sea recibida por la Universidad Católica, en la cual yo fui también docente durante 17 años"

Rubén Guarda detalló, cómo formó su valiosa colección, aprovechando la ocasión que le brindaba cada uno de sus viajes a congresos médicos en el extranjero. "Eso me ha permitido tener contacto con casas de venta de partituras de muchas partes del mundo y he ido recogiendo esto a lo largo de probablemente 50 años. Son obras con clarinete acompañado por toda suerte de instrumentos musicales; piensen en flautas, oboes, fagots, cornos, todas las cuerdas, piano y voz. Esto conforma una multitud de combinaciones posible", declaró Guarda.

"Hasta donde mi conocimiento alcanza, no existe una colección de este tipo, y por eso me parecen importantes los resguardos para que esta colección sea cuidada al máximo por las personas de la biblioteca y no tengan el triste destino de otras partituras en otras instituciones de música", agregó.

Rubén Guarda y el rector UC Ignacio Sánchez. Foto: César Cortés.

Rubén Guarda y el rector UC Ignacio Sánchez. Foto: César Cortés.

"Esta donación representa parte de mi vida y me alegro mucho de que esa parte de mi vida sea recibida por la Universidad Católica, en la cual yo fui también docente durante 17 años. Estamos en la alegría final, en el placer final de llegar al punto de entregar esta parte de mi vida, a la universidad y con la plena convicción que van a ser cuidadas al máximo y eso me contenta mucho porque lo van a aprovechar los estudiantes de música y músicos que van a poder hacer conciertos y poder tocar música de cámara que no se hubiera podido tocar en Chile si no hubieran tenido acceso a estas partituras que estoy donando", aseguró Rubén Guarda. Esa certeza, explicó, se basa en que fue testigo de una "muy feliz coparticipación de todas las voluntades profesionales que muy seriamente toman este desafío de cuidar donaciones que lleguen ofrecidas a la UC".

El médico y clarinetista fue enfático: "No puedo estar más complacido de este final feliz". Destacó igualmente la visión del rector Ignacio Sánchez, en el sentido de que "ve más allá del de la mera administración universitaria y de su lupa médica, sino que ve las artes y las humanidades; él ve el camino real de una universidad como un universo que con toda su complejidad y todas sus artistas, sin descuidar ninguna".

Conversación entre los asistentes, previa a la firma de los documentos de la donación. Foto: César Cortés.

La colección de partituras que Rubén Guarda Tatin donó a la Universidad Católica ya se encuentran depositadas en la Biblioteca del Campus Oriente y tendrán acceso para todo el sistema universitario, según indicó el rector UC Ignacio Sánchez. Se trata de un acervo especialmente valioso por varios motivos. Primero, se trata de música de cámara y por ello tiene un enorme potencial para la Temporada de Cámara del Instituto de Música UC, que anualmente ofrece más de cien conciertos gratuitos a la comunidad. Segundo, algunas de las partituras le fueron dedicadas por sus autores al doctor Guarda, quien las estrenó, lo que refuerza su valor único patrimonial. Tercero, en su gran mayoría, las obras no han sido interpretadas, y ahora tendrán una oportunidad de ser finalmente escuchadas en concierto.

Rubén Guarda: "Yo esperé vivir 120 años para poder terminar de tocar todas las obras, pero la suerte no lo quiso así"

Rubén Guarda aclaró justamente que creía haber interpretado cerca de 80 de las 450 partituras, y que muchas de ellas fueron estrenos en el país. "Pero quedan otras que no han sido nunca tocadas. Yo esperé vivir 120 años para poder terminar de tocarlas, pero la suerte no lo quiso así", indicó.

"La verdad es que es muy emocionante saber que hace 50 años usted empezó a adquirir estas partituras. Pensar que hay más de 350 que nunca se han tocado en Chile es muy marcador, porque que si usted no entrega esto, podría haber muchas personas que se restarían de tener una experiencia formadora", señaló el rector UC Ignacio Sánchez, y destacó también la relevancia de las indicaciones manuscritas que pudieran contener estos documentos justamente para los estudiantes de clarinete.

Partituras de la colección donada por Rubén Guarda. Foto: César Cortés.

"Tenga la seguridad de que estas partituras van a estar disponibles para todo el sistema universitario, queremos trabajar en red, por supuesto con la Universidad de Chile, y con todas una red de universidades tanto en Latinoamérica como a nivel mundial", agregó el rector Sánchez.

Aliocha Solovera: "Para la música de cámara necesitamos siempre una cantidad enorme de partituras; así que le agradecemos y esperamos que asista a algún concierto después donde se interpreten estas obras"

"Acabamos de cumplir 135 años y esperamos que para los 200 años quienes estén en ese momento a cargo de la universidad en una ceremonia así recuerden que esto se va construyendo año a año, con el esfuerzo de muchas personas. Muchas gracias por su aporte, su generosidad y su confianza, y por supuesto que queremos invitarlo a que siga informándose de cómo va la colección, de manera que el próximo año sepamos cuánta gente la consultó y cuántas partituras se tocaron", invitó el rector UC Ignacio Sánchez.

Como parte de la ceremonia, el rector Sánchez le hizo entrega al donante de una miniatura de la escultura de gran formato de Jesucristo que se alza en el acceso del Campus San Joaquín, de Hernán Puelma, y también un ejemplar del libro Una reflexión semanal, que será lanzado hacia fin de mes por Ediciones UC y que es una compilación de tres años de estos escritos.

Rubén Guarda recibe la escultura Cristo de Hernán Puelma, de manos del rector UC Ignacio Sánchez. Foto: César Cortés.

Aliocha Solovera, subdirector académico del Instituto de Música UC, confirmó el valor de este acervo. "Para la música de cámara, necesitamos siempre una cantidad enorme de partituras; de seguro las vamos a usar, y de seguro que van a estar bien cuidadas. Así que le agradecemos y esperamos que asista a algún concierto después donde se interpreten estas obras", declaró.

Rubén Guarda reveló que "el verdadero gozo de la música está en la música de cámara: en ese espíritu de compenetración humana porque nos estamos mirando unos con otros". Explicó también que en ese diálogo entre los intérpretes hay una gran riqueza sicológica y se establecen fuertes vínculos humanos.

Carlos Botto, Hernán Ramírez, Federico Heinlein y Roberto Escobar: obras dedicadas por los propios compositores al donante

Dentro de la donación, el clarinetista y dermatólogo Rubén Guarda entregó un detallado listado con las piezas que interpretó de la colección de partituras. Una asombrosa cantidad de 95 obras fueron estrenadas por él en Chile y son creaciones de compositores tan diversos como Claude Debussy, Francis Poulenc, Paul Hindemith, así como Sergei Prokofiev, Dmitri Shostakovich, Heitor Villa-Lobos y Krzysztof Penderecki.

Partituras de la colección donada por Rubén Guarda. Foto: César Cortés.

También existe música chilena; obras que le fueron dedicadas al clarinetista por los compositores Carlos Botto, Hernán Ramírez, Federico Heinlein y Roberto Escobar, las cuales él estrenó, así como piezas de Juan Orrego Salas, Guillermo Rifo y Jorge Rojas Zegers.

Rubén Guarda: "En el momento en que uno está tocando por primera vez la obra, uno sabe que está entregando al cosmos música escrita por un ser humano"

Para el clarinetista, interpretar una obra que le ha sido dedicada se vincula a una emoción muy profunda: "En el momento en que uno está tocando por primera vez la obra, uno sabe que está entregando al cosmos música escrita por un ser humano y que uno tiene el placer de enlazar eso al cosmos por primera vez". Este vínculo, además, marcó relaciones humanas "tremendas y emocionantes" entre él y los compositores.

En el caso del prolífico Hernán Ramírez, quien ha escrito más de 160 obras, la mitad de ellas estrenadas, y que es también dermatólogo, indica, que fueron "grandes amigos". Le dedicó Seis Diferencias, para clarinete y piano, y además de eso interpretó otras obras de cámara de Ramírez cuando fue parte del Conjunto de Música Contemporánea de la Universidad de Chile, que era dirigido por Roberto Escobar, quien le dedicó Retrato V Laberinto (La Soledad).

Rubén Guarda Tatin. Foto: César Cortés.

Guarda califica como "una gran persona" a Federico Heinlein, compositor y crítico musical que ejerció además la docencia en la Universidad de Chile. "Él me quería mucho porque consideraba que yo tocaba muy bien clarinete (ríe).  Asistió a mis primeros conciertos", indica. De sus presentaciones, recién titulado, con las pianistas Elisa Alsina y Elvira Savi, Heinlein le hizo "una crítica muy buena". Más adelante, el compositor nacido en Berlín le dedicó Danzas (1988), que tocó con el Trío Mistral, y Dúo (1986).

Carlos Botto, señero compositor viñamarino que dirigió el Conservatorio de la Universidad de Chile, fue profesor de armonía y análisis de Rubén Guarda." Yo era muy bien alumno de análisis, la parte teórica me encantaba. Yo hubiera seguido musicología encantadísimo, pero hacer tantas cosas en la vida es imposible", dice el clarinetista. Botto le dedicó Capricho Op.27. Cuando Guarda buscó obras chilenas para su instrumento para tocar una en su concierto de título, no encontró. Así que le pidió a su profesor que le escribiera una. Carlos Botto inicialmente se negó, porque tenía mucho trabajo, pero finalmente le entregó Capricho Op.27. "Él fue a escucharla cuando yo di mi concierto de licenciatura y me pusieron un siete. Y además la toqué dos veces más y él también fue", cierra, orgulloso, Rubén Guarda.

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