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Gerard Ramos: “Haremos un viaje desde las tinieblas de la música de Semana hasta la luz que viene de la recuperación de la fe; será un concierto lleno de afectos y emociones”

13 de abril de 2023


Un contrapunto entre Carlo Gesualdo y Claudio Monteverdi ofrecerán el Coro de Cámara UC y los profesores Eduardo Figueroa, Gina Allende y Camilo Brandi en el XX Encuentro de Música Sacra UC, el 18 y 19 de abril. Se escucharán motetes y madrigales, en un recorrido que nace en el dolor de la muerte y remata en la esperanza y la fe.

En su debut en el Encuentro de Música Sacra UC, Gerard Ramos conduce al Coro de Cámara UC y un cuarteto instrumental en dos conciertos gratuitos, ambos a las 19 horas. El programa se titula “Después de la tumba, meditaciones entre lo sacro y lo profano”, y su estreno se realizará el martes 18 de abril en el Templo Mayor del Campus Oriente UC (Jaime Guzmán 3.300). La segunda función será el miércoles 19 en la Parroquia Nuestra Señora de la Paz (Echeñique 4.243). Inscripciones aquí y aquí, respectivamente.

Dos relevantes compositores italianos que se ubican en el paso del Renacimiento al Barroco protagonizarán el programa: Carlo Gesualdo (1566-1613) y Claudio Monteverdi (1567-1643). Se dará cuenta de la producción sacra y profana de cada uno de ellos, en un programa que propone el tránsito desde el dolor asociado a la muerte hasta la esperanza y la fe.

Ensayo parcial del programa. Captura de video.

Recién en el siglo XX renació el interés por la obra de Carlo Gesualdo, compositor de origen aristocrático que asesinó a su primera esposa y a su amante, en un crimen muy violento. Aunque no fue condenado, por la legislación de la época, su ensimismamiento se volvió aun más agudo y se sometió a prácticas auto-flagelantes hasta su muerte. Todo ello se refleja en su creación musical, la que jamás obedeció a los cánones de su época. Compuso siempre lo que quiso pues no debía dar a nadie en el gusto ya que no dependía de la censura-era pariente de varias autoridades eclesiásticas- y usó en forma constante la disonancia y el cromatismo, adelantándose al futuro de la música.

Claudio Monteverdi, en tanto, es reconocido como uno de los compositores más influyentes de la historia de la música. Su figura y su legado también empezaron a ser recuperados en el siglo XX y se consagró con el mismo entusiasmo a la música sacra y a la profana. Es quien mejor representa la transición desde el Renacimiento al Barroco y fue fundamental en los cambios que condujeron al nacimiento de la ópera en el siglo XVI. Particularmente prolífico, aunque gran parte de su producción se ha perdido, le sobreviven nueve colecciones de madrigales, obras de gran formato como las Vísperas de la beata Virgen y la ópera Orfeo.

Ambos tensionaron el lenguaje musical de su propia época: Monteverdi fue clave en el establecimiento de la monodia y Gesualdo se adelantó con el uso cromático de la armonía.

Ensayo parcial del programa. Captura de video.

El primer esbozo del programa fue pensado por Martín Aurra, director asistente del Coro de Cámara UC, quien tuvo la idea de contraponer madrigales y motetes de ambos compositores, es decir, música profana y sacra. “Se me ocurrió modificar algunas cosas para crear un recorrido dramático a través que se inicia con música propiamente de Semana Santa, específicamente del Oficio de Tinieblas”, indica Gerard Ramos.

Ese oficio, apunta, era uno de los más dramáticos del año litúrgico católico y su nombre proviene de una candelario llamado tenebrario: a medida que se iban consumiendo las velas, la iglesia se iba oscureciendo, hasta quedar en tinieblas.

Gerard Ramos: "Este recorrido de tinieblas y de luz también lo hacemos a través de Carlo Gesualdo y Claudio Monteverdi, dos compositores que representan dos polos”.

El programa, explica el profesor Ramos, “empieza con música absolutamente oscura que narra la Pasión de Cristo y luego sigue con música profana de Monteverdi: madrigales que narran la experiencia de la muerte del ser querido. Después continuamos con madrigales de Gesualdo que ya apuntan hacia una esperanza por la vida, y finalmente terminamos con unos brillantes motetes de Monteverdi, música sacra que ya es de alabanza, de fe, y de esperanza. Me seduce la idea de ayudar al público a viajar en este recorrido simbólico y efectivo desde tenebroso hasta lo luminoso”.

A pesar de que fueron contemporáneos y de que ambos son italianos, cuesta imaginar a dos compositores más distintos que Gesualdo y Monteverdi.

“Es cierto, son compositores son muy distintos y, para mí, representan estos dos ejes, la luz y la oscuridad. De la música de Monteverdi se desprende mucha luz; era un hombre de letras, un hombre de teatro, un compositor de príncipes. Él estuvo formó parte de la Camerata Florentina, grupo de intelectuales en Florencia que tuvo un interés en rescatar las artes clásicas y ver cómo se podía basar el arte de su época en el arte grecorromano. Fueron como los primeros que se interesaron, después de muchos siglos de olvido, en las artes grecorromanas. En el caso de la música, esta recuperación era muy difícil porque nadie sabía cómo sonaba la música de esa época. Monteverdi participó en esta revolución y fue uno de los fundadores del nuevo género que surgió entonces, que es la modonia, precisamente basándose en la importancia de la palabra, y de ahí nació la ópera. La música de Monteverdi es muy luminosa y él era una persona de muchas habilidades sociales. En cambio, con Gesualdo tenemos lo contrario. Tenemos a un hombre que se convirtió en príncipe, que vivía en su castillo, muy atormentado por sus ideas, y que cometió un crimen pasional, asesinó a su mujer y a su amante. Esta experiencia lo marcó profundamente y la música que escribió a partir de entonces, que es prácticamente toda la que escribe Gesualdo, está muy marcada por los acontecimientos macabros de su vida. En su música se puede apreciar lo complejo de una mente muy perturbada. De esta manera, este recorrido de tinieblas y de luz también lo hacemos a través de Carlo Gesualdo y Claudio Monteverdi, dos compositores que representan dos polos”.

Es interesante la figura de Gesualdo porque conocemos la música que él creó después de sus crímenes porque quedó impune, algo especialmente singular en nuestra época, en que muchas veces cuesta separar la obra del creador y que existe bastante cultura de la cancelación. Sin embargo, es música que tiene su propia riqueza y que sirve para un contraste revelador.

“Claro. Lo que permite esto son los siglos que nos separan de esta figura. Probablemente, si fuera un compositor más reciente, la biografía impediría que ahora mismo interpretáramos su música, pero como es algo tan pretérito hay una especie de convención que lo permite”.

Las piezas de Carlo Gesualdo que abrirán el programa son O vos omnes y Tenebrae factae sunt. Luego será el turno de la sestina Lagrime d'Amante al Sepolcro dell'Amata de Claudio Monteverdi-, para seguir con tres madrigales de Gesualdo: Resta di darmi noia, O Dolorosa gioia y Al mio gioir il ciel si fa sereno. El cierre será con dos salmos de Monteverdi: Dixit Dominus (secondo) y Cantate Domino.

Gerard Ramos, director titular del Coro de Cámara UC, destaca de Gesualdo la complejidad y el rico cromatismo de su música. De Monteverdi, su textura rica y brillante. El coro se acompañará por instrumentos históricos: la tiorba, la viola da gamba, el órgano, con los profesores Eduardo Figueroa, Gina Allende y Camilo Brandi, respectivamente. “Va a ser un concierto muy variado y lleno de afectos y emociones”, asegura Gerard Ramos.

Ensayo parcial del programa. Captura de video.

“En este concierto vamos a hacer juntos un viaje desde las tinieblas de la música de Semana Santa, pasando por madrigales que hablan del dolor causado por la muerte hasta la luz que viene de la recuperación de la fe en la vida y finalmente de la fe religiosa”, adelanta el profesor Ramos.

En este programa hay varias formas: hay responsorios, un homenaje de carácter mortuorio, madrigales y salmos. ¿Se hará audible el contraste entre estas formas o se harán más presentes las diferencias de carácter entre la música sacra y la profana?

“Sí, por supuesto. Has nombrado muy bien todos los subgéneros, pero básicamente lo que tenemos son motetes y madrigales. O sea, música polifónica, sacra y profana, ésa es la diferencia básica. Sin embargo, en este concierto le vamos a dar mucho relieve a la forma a través de los distintos elencos y de las distintas instrumentaciones. Porque vamos a tener estos madrigales de Gesualdo, que son a cinco y a seis voces y que van a ser interpretados solamente con el acompañamiento de órgano. Luego vamos a pasar a la sestina de Monteverdi, este grupo de seis madrigales que, como tú dices, son un homenaje fúnebre a una persona difunta, a través de una dedicatoria porque la obra habla de un personaje ficticio; lo vamos a hacer con un quinteto del coro, con cinco voces acompañadas por la tiorba, que es un instrumento de cuerda pulsada de esa época. Los madrigales de Gesualdo van a ser a cappella, sin acompañamiento, y cantados por otro quinteto del coro. Y las dos últimas obras, los salmos de Monteverdi, los va a cantar todo el coro; hay un salmo de seis voces y hay un salmo a doble coro, a ocho voces, y van a estar acompañados por el órgano, por la viola da gamba y por la tiorba, es decir, instrumentos históricos”.

Ensayo parcial del programa. Captura de video.

¿Podría profundizar en qué es la monodia? ¿Es lo opuesto a la música polifónica?

“La música que llamamos de la prima pratica, que es la música polifónica hasta esta época, es una música puede ser a tres, a cuatro, a cinco, a seis, a ocho voces, a las voces que sean, y se basa en el contrapunto, es decir, en una técnica compositiva en que la conjunción horizontal de las voces, o sea, lo que cada una de las voces hace, es muy importante. En la prima pratica, este entramado contrapuntístico, polifónico, cada una de las voces tiene una importancia muy similar, es decir, no existe realmente una jerarquía muy fuerte, sino que uno oye muchas voces que van conversando, que se van respondiendo, es como un debate en el cual las voces van interviniendo. Cuando avanzamos hacia el Barroco empieza a surgir una cierta polaridad, de manera que las voces interiores van perdiendo importancia y se va polarizando la importancia hacia arriba y hacia abajo, hasta que nos queda un bajo y una voz superior, una melodía que importa más. Entonces la monodia se refiere exactamente a este nuevo género en que lo principal va a ser un canto solista que porta un texto y en el que se concentra todo el dramatismo de la obra. Esta monodia es lo que va a dar paso a la ópera. Si nosotros nos fijamos en las primeras óperas, por ejemplo en las de Jacopo Peri, lo que escuchamos es efectivamente un bajo y una monodia que recita encima de este bajo y que lleva toda la carga dramática del texto y que está basada en estas nuevas investigaciones de la Camerata Florentina que se preguntaba cómo hacer una música en la que pareciera que se hable, que casi no se note que es música, y a este nuevo género se le llama monodia”.

Ensayo parcial del programa. Captura de video.

Usted asumió como titular del Coro de Cámara UC en agosto pasado. ¿Cómo ha sido el trabajo con este elenco en estos ocho meses? ¿Cómo ha sido, además, la preparación de las obras en las cuales han participado; la Misa de Gloria de Giacomo Puccini y Música para el funeral de la Reina María de Henry Purcell?

“El trabajo ha consistido, primero que todo, en conocernos. El coro tenía que conocer mis objetivos artísticos y mis ideas, y yo tenía que hacerme una idea verdaderamente completa de cuál era el instrumento que tenía, para así tener un proyecto coherente. Para esto, escuché a cada una de las personas del coro, de manera de saber cómo eran sus voces, hacerme una mejor idea de su clasificación vocal y de sus posibilidades tanto técnicas como expresivas. Esa escucha fina e individual sirvió mucho para tener un punto de partida en el trabajo. Creo que ha sido muy evidente, en los últimos meses, la dirección que ha tomado el trabajo y la rapidez con que hemos avanzado en el sonido del coro, cosa que se ha visto también beneficiada con el repertorio que estamos haciendo ahora, todo de los siglos XVI, XVII y XVIIII. Y el repertorio del XVIII que hemos hecho ha sido en estilo antiguo, lo que significa que las obras que hemos trabajado tenían más o menos una características comunes que exigen un trabajo de homogeneización de las características sonoras. Todo eso ha sido muy útil. Así que estoy muy feliz con los resultados”.

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