Profesores de Música UC rinden homenaje a Beethoven con su primera sonata y Archiduque, su último trío

4 de mayo de 2023


“La tercera es la vencida”, dice la pianista Liza Chung. Porque la idea original era celebrar el 250 aniversario del genio alemán en 2020. Sin embargo, tuvieron que posponerlo por razones pandémicas, hasta ahora. Junto con ella actuarán Oriana Silva y Martin Osten. “Finalmente podremos celebrarlo como se merece, con música de cámara”, dice la violinista; y el violonchelista declara, enfático, que "el Trío Archiduque es una de las mejores obras de cámara del mundo”. El programa se estrena el martes 9 de mayo en el Centro de Extensión Oriente y tendrá una segunda función el miércoles 10, en el Centro Cultural GAM.

Los tres tocan juntos hace años, y estaban decididos a conmemorar los 250 años del nacimiento de Ludwig van Beethoven, en 2020, con una de sus obras más icónicas de cámara, el Trío Archiduque. Sin embargo, por razones pandémicas, la idea se debió posponer en dos ocasiones.

Ahora ha llegado el momento. Los profesores del Instituto de Música UC Oriana Silva, Liza Chung y Martin Osten ofrecerán el programa “Beethoven, juventud y madurez”, en la 59ª Temporada de Cámara UC. El primer concierto será a las 19 horas del martes 9 de mayo, en el Auditorio del Centro de Extensión Oriente (Jaime Guzmán 3.300, con inscripción gratuita aquí). La segunda presentación será a las 19 horas del miércoles 10 de mayo en el Centro Cultural GAM (Alameda 227, con inscripción gratuita aquí).

Oriana Silva: "Al interpretar su música de cámara, se puede conocer a un Beethoven más íntimo"

“Nuestra principal motivación es tener la posibilidad de celebrar a Beethoven. Como la conmemoración de los 250 años de su nacimiento se vio frustrada en 2020, quisimos retomar ese programa, un poco modificado, para celebrarlo, como se merece, con música de cámara”, asegura la violinista Oriana Silva, concertino de la Orquesta Clásica Usach.

Para la académica, en Beethoven se reúnen dos características muy singulares. El virtuosismo que manifestó desde muy pequeño y la genialidad que exhibió en toda su creación, por una parte. “También tiene que ver con la manera en que él pudo vivir su vida; siempre estuvo tan ligado al sufrimiento físico, del corazón, siempre enamorado de mujeres comprometidas, sufrimiento del alma, con enfermedades tan terribles y, por lo mismo, incomprendido por tanta gente. Creo que su escape siguió siendo la música y qué suerte para el mundo que fue así, por lo mucho que entregó, por ese gran mensaje de tanta esperanza. Creo que eso es lo que lo hace tan distinto”, señala.

“La música de cámara de Beethoven es fundamental, escribió sonatas importantes para violín, muchas sonatas para piano, para chelo y piano; escribió para cuarteto, para trío, hay quintetos, hay lieder también. La Novena y la Quinta sinfonías son muy impresionantes, pero hay un mundo por explorar en sus obras de música de cámara y yo diría que incluso tiene más peso que lo sinfónico; porque ahí se ve una mayor riqueza y una mayor cantidad de composiciones”, complementa el violonchelista Martin Osten.

El programa contrasta una obra temprana y una de las composiciones más conocidas del genio alemán; la Sonata para piano y violín, Op.12 Nº1 en Re mayor, y el Trío para violín, violonchelo y piano en Si bemol mayor, Archiduque, Op.97.

La violinista Oriana Silva, quien es concertino de la Orquesta Clásica de la Universidad de Santiago de Chile, interpretó por primera vez la Quinta Sinfonía de Beethoven hace más treinta años, y ha tocado, como música de orquesta, gran parte de su obra. Destaca que “al interpretar su música de cámara se puede conocer a un Beethoven más íntimo donde se produce una ‘conversación’ natural entre los instrumentos”.

Respecto de la pieza que abordará junto a Liza Chung, la violinista comenta que Beethoven le dedicó las tres sonatas Op. 12 a Antonio Salieri, quien había sido su maestro de composición dramática y vocal. “Tocaremos la primera sonata que compuso para violín y piano, que es bastante temprana, pues la compuso a los 28 años, de forma clásica, con tres movimientos, muy fresca y que tiene la participación de ambos instrumentos dialogando todo el tiempo”, señala.

Una de las particularidades de la composición es que fue escrita para piano y violín y no al contrario. “Claramente el piano tiene un rol absolutamente principal, junto con el violín; deja de ser un mero acompañamiento o un relleno armónico. Por el contrario, todas las características de la obra yacen también en el piano, al igual que en el violín”, complementa Liza Chung.

“Esta primera sonata es muy ligera y muy llevadera, es corta y es intensa, como todas las obras de Beethoven. Tiene esa frescura de sus primeras obras de cámara. Ahora, es curioso ver que esta primera sonata para piano y violín tiene esta cosa fresca, liviana, casi un poco en estilo galante, que contrasta bastante con la opus 13, que es la Patética, la sonata para piano solo: ahí se ve un contraste de Beethoven entre una obra y otra, en corto tiempo”, agrega la pianista.

Martin Osten: “El Trío Archiduque es una de las mejores obras de música de cámara del mundo”

El Trío Archiduque, Ludwig van Beethoven lo compuso a los 40 años de edad. “Se lo dedicó a su alumno de composición y mecenas, el archiduque Rudolph de Austria, y se puede apreciar la genialidad y madurez de Beethoven al ser, además, el último de sus 12 tríos”, destaca Oriana Silva.

“Posiblemente es una de las mejores obras de música de cámara del mundo, es realmente una joya del repertorio”, asegura Martin Osten. Aclara que es una de las últimas obras de su período intermedio, que Beethoven empezó con un borrador en 1810 y la completó en 1811, y que muestra cómo el compositor fue un gran innovador de las expectativas musicales.

“Es una obra compleja en varios sentidos; por su extensión, ya que dura más de 43 minutos, tiene cuatro movimientos y cada uno es un mundo por sí mismo, y la obra entera no es predecible, hay muchas sorpresas, contrastes y experimentos armónicos, de acordes, de disonancias. Por eso es muy muy enriquecedor y se puede volver a escuchar tantas veces, siempre uno nota nuevas cosas”, detalla el violonchelista.

Cuando estaba componiendo el Trío Archiduque, explica Osten, ya estaba fallando su audición. “Pero Beethoven había estado un poco mejor del oído, entonces se animó a estrenar él mismo en el piano esta obra, en un concierto que dio junto al violinista Ignaz Schuppanzigh y el violonchelista Joseph Linke, en un hotel en Viena, en 1814. Lo tocaron dos veces, y fue la última obra que tocó en un concierto en vivo como pianista”.

Martin Osten cuenta que Ludwig Spohr, compositor y violinista, “escribió que estaba muy sorprendido que el gran virtuoso, el pianista Beethoven, había perdido muchas de sus habilidades y por no oír bien, muchos pasajes en piano, pianissimo, no se escuchaban, no estaba tocando las notas, pero no se daba cuenta, y en los pasajes forte estaba sobre exigiendo al instrumento, como llegando muy al límite de lo que se podía hacer, entonces al parecer fue muy extrema su interpretación y, como no estaba realmente oyendo bien, no fue muy convincente. Esto es lo que se sabe de su último concierto y con eso ya dejó de tocar conciertos en vivo como pianista”.

Lo complementa Oriana Silva: “El Trío Archiduque es la obra cumbre en este género, donde el piano es el principal protagonista. Desgraciadamente se conoce como lo último que Beethoven pudo interpretar en público, porque en ese momento su sordera estaba muy avanzada, entonces se dice que él casi golpeaba el piano para poderse escuchar, lo que obviamente se tradujo en su decisión de dejar de tocar en público”.

Liza Chung aclara que “Beethoven está buscando un sonido de tipo orquestal. Se ha dicho que este trío es casi como una sinfonía escrita para tres instrumentos y eso se nota en la escritura de las cuerdas junto con el piano. El piano también tiene muchas sonoridades orquestales, que por lo mismo la hace difícil, pues hay pasajes bastante incómodos pues no son muy típicos de la técnica pianística. Claramente Beethoven ya estaba buscando emular un sonido más orquestal”.

Las dos obras elegidas para este concierto se relacionan por contraposición, según indica Oriana Silva. “Se produce un gran contraste porque en la sonata se puede oír un Beethoven bastante clásico, casi mozartiano, obviamente él con su estilo propio, con sus ideas vanguardistas que en ese momento parecían a veces chocantes, pero si nosotros la oímos ahora es una sonata muy liviana, muy fácil de oír. El trío, en cambio, es una obra más densa, más larga, y claramente ya ahí se ve un desarrollo mucho mayor, sobre todo en el piano. Hay una madurez muchísimo mayor”, señala.

Liza Chung: “La música de cámara es un diálogo constante; es como una filosofía de vida, es saber compartir y dialogar; y al mismo tiempo saber callar para dejar al otro hablar, y viceversa”

Este concierto es especialmente anhelado por los tres profesores, pues han debido posponerlo un par de veces, debido a la emergencia sanitaria. “La tercera es la vencida, porque el trío Archiduque de Beethoven lo grabamos durante pandemia, que no se pudo transmitir, luego lo íbamos a tocar el año antepasado y se nos canceló porque entramos en cuarentena tres días antes y no se pudo realizar. Así que finalmente ahora vamos a rendirle honores a Beethoven con el trío Archiduque”, detalla Liza Chung.

Para los académicos, la posibilidad de hacer música de cámara es algo fundamental y aplauden la oportunidad de ser parte de la programación del Instituto de Música UC. “Si pensamos que la música es un lenguaje, es justamente en la música de cámara donde mejor se puede dialogar, donde se pueden unificar y combinar ideas, donde se puede escuchar al otro. Nosotros tres casi no hablamos en los ensayos, es muy lindo porque casi adivinamos lo que quiere hacer el otro, y nos entendemos muy bien. Encontrar personas que, aparte de ser tan cercanas, de ser colegas queridos y tan respetados, exista con ellas esta manera tan fluida de poder hacer música y disfrutarla, es un agrado siempre. Y tener la posibilidad, a través de la temporada de nuestra Universidad Católica, que es donde impartimos clases, de actuar en el nuevo auditorio del Centro de Extensión Oriente, es una maravilla, al igual que el GAM. Entonces es todo motivo de alegría”, indica Oriana Silva.

Martin Osten reconoce que “llevo varios años tocando música de cámara con Liza y Oriana, es una inspiración enorme y me siento agradecido poder tocar con excelentes intérpretes que al mismo tiempo son buenas amigas. Es enriquecedor y siento que nos complementamos en lo que cada uno aporta en los ensayos y en el escenario”.

Liza Chung asegura que “nos llevamos muy bien los tres como músicos. Los tres somos ordenados, entonces le sacamos el jugo a cada ensayo. Además de entretenido, cada ensayo es un aporte musical. Además, hay un respeto mutuo entre los tres que es muy lindo, y eso se transfiere al quehacer musical, al respetar las cosas en común que hemos trabajado, y al mismo tiempo darnos el espacio para que cada uno sea individuo también, dentro del trío. La música de cámara es un diálogo constante; es como una filosofía de vida, es saber compartir y dialogar; y al mismo tiempo saber callar para dejar al otro hablar, y viceversa”.

 

 

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