Inteligencia artificial creativa y los villancicos coloniales de Santiago y Lima: profesores Rodrigo Cádiz y Alejandro Vera revelan las claves de sus proyectos Fondecyt 2023

17 de enero de 2023


En su tercer Fondecyt, Rodrigo Cádiz profundizará en el Laboratorio CreativAI Lab UC en sus estudios de redes neuronales que generan contenidos artísticos, para responder a la pregunta de si pueden ser creativas las máquinas. En tanto, Alejandro Vera caracterizará y analizará el gran corpus de villancicos coloniales de Lima y Santiago que existe, haciendo cruces musicales, históricos y sociológicos, con su octavo Fondecyt. Con estos fondos adjudicados, ya son cinco los profesores del Instituto de Música UC que están desarrollando investigaciones Fondecyt.

Dos académicos del Instituto de Música UC se adjudicaron recursos del Fondecyt Regular para desarrollar sendos proyectos de investigación. Ambos son interdisciplinarios e implican la generación de nuevos conocimientos y la participación no sólo de otros profesores de la UC, sino también de estudiantes, consolidando así la vocación académica de estas innovadoras propuestas.

El compositor Rodrigo Cádiz explorará la dimensión creativa de la inteligencia artificial, a través del desarrollo de modelos de aprendizaje que viabilicen que máquinas generen, por sí mismas, contenidos musicales.

El musicólogo Alejandro Vera, en tanto, hará un profundo estudio y catalogación de los villancicos que durante la Colonia se interpretaban en las catedrales de Lima y Santiago, y revisando si hubo repertorio común en ambas comunidades.

Las investigaciones de ambos profesores se suman a otros tres proyectos Fondecyt que actualmente están desarrollando tres académicos del Instituto de Música UC: José Manuel Izquierdo, Patricio de la Cuadra y Daniel Party.

Rodrigo Cádiz: “El proyecto Fondecyt consiste en escudriñar modelos de redes neuronales y tratar de responder a una gran pregunta: ¿son creativos esos modelos o no?”

En el año 2018, el profesor del Instituto de Música UC y de la Escuela de Ingeniería UC Rodrigo Cádiz se tomó un año sabático y fue a la Universidad de Stanford, en California. Allá creó una obra para la Stanford Laptop Orchestra, y además se sumergió en otros campos de investigación muy vigentes en ese centro neurálgico de la música con computadoras.

“Me di cuenta de que allá todo el mundo estaba haciendo deep learning. Así que, al volver, volver me contacté con el profesor Denis Parra y echamos a andar un laboratorio”, comenta.

Se refiere al Laboratorio CreativAI Lab UC, que cofundó con Denis Parra, académico de Ciencia de la Computación UC. En este espacio de investigación se han sumado otros profesores, varios alumnos de pregrado y tres tesistas de magíster.

“Lo que hacemos en el laboratorio es desarrollar modelos de redes neuronales, basados en deep learning que generan contenidos. Son capaces de generar música, acordes, imágenes y contenidos audiovisuales”, explica Rodrigo Cádiz quien es compositor e ingeniero civil eléctrico. Por ejemplo, en el seno del CreativAI Lab UC nació en junio de 2021 una obra musical elaborada a través del sistema de inteligencia artificial Stylegan2 (ver nota aquí).

Ahora, en ese mismo laboratorio podrán desarrollar el Fondecyt "Creativity and musicality of deep learning generative models for musical content".

Rodrigo Cádiz. Foto: César Cortés.

“El proyecto Fondecyt consiste en escudriñar estos modelos de redes neuronales, entenderlos y trata de responder a una gran pregunta que hay en este campo de investigación: ¿son creativos esos modelos o no?”, detalla el compositor. Y profundiza: “Si yo entreno un computador y es capaz de crear música, ¿es el computador creativo, o no?”.

De la interrogante principal se desprenden preguntas inquietantes, por ejemplo, si la creatividad misma es exclusivamente humana o si surge de un sistema, ya sea humano o no humano.

Más allá de desarrollar procedimientos, ¿se trata de entender qué significan esos procedimientos y qué nos dicen de nosotros mismos, ¿no?

“Exacto. Este campo es súper vertiginosos, uno se levanta y aparecieron diez modelos nuevos en el mundo que hacen cosas raras, entonces para poder responder esta pregunta hay que hacer modelos nuevos, entrenarlos, que hagan las cosas y ahí entender su creatividad. Para poder llegar a la pregunta sobre la creatividad hay que entender bien cómo funcionan los modelos, cómo son sus arquitecturas, cómo se pueden hacer nuevos modelos, etcétera. Es un tema bien amplio de investigación”.

Este proyecto Fondecyt, ¿lo desarrollará en el CreativAI LAb UC con el profesor Denis Parra y también con algunos alumnos?

“Sí. A raíz de este proyecto tenemos financiamiento para tener algunos alumnos de magíster y puede ser que también de pregrado. Sería fantástico que estudiantes de música se interesaran por esto. También podemos financiar algún personal técnico y equipamiento, porque estas redes son súper costosas computacionalmente y de entrenar, uno necesita GPU, que son unas unidades de cómputo enormes. Con este proyecto, vamos a tener acceso a esos equipos y a que personas se involucren en la investigación”.

Así, se enriquece la infraestructura de la propia UC con estos equipamientos, y a la vez de genera conocimiento con la participación de estudiantes, quienes se están formando con práctica. La convocatoria para profesionales y estudiantes se realizará en un par de meses.

¿Podría un estudiante interesado que no es especialista integrarse? Imagino que esta experiencia es un buen punto de partida en este campo.

“Es un muy buen lugar para partir. En el dominio científico y técnico, el conocer cómo funcionan los modelos de deep learning o aprendizaje profundo, el poder programarlos o diseñarlos, hoy día es una habilidad muy escasa y muy requerida en el mercado. Este conocimiento de redes neuronales sirve para hacer modelos de otras cosas también, porque la inteligencia artificial está en todas partes. Si yo fuera estudiante, me encantaría trabajar en algo así”.

El Fondecyt Regular tiene un tope anual de $67 millones por año. En el caso del proyecto de Cádiz, la inversión será superior el primer año y estará en torno a los $50 millones, por los equipamientos que hay que adquirir, y luego se irá reduciendo hasta llegar a alrededor de $30 millones.

Con una ejecución a cuatro años, "Creativity and musicality of deep learning generative models for musical content" es el segundo Fondecyt Regular que se adjudica el profesor Cádiz. El anterior lo obtuvo en 2016 y era de sonificación, es decir, de convertir datos a sonidos.  En 2009, en tanto se adjudicó un Fondecyt de iniciación, para estudiar modelos no lineales de síntesis de sonido.

Rodrigo Cádiz: “En el Instituto de Música UC, hay investigadores que están constantemente ganando proyectos Fondecyt, eso habla súper bien del nivel de la investigación que se hace”

“Dentro del Instituto de Música UC, hay un grupo de investigadores que está constantemente ganando proyectos Fondecyt y eso habla súper bien del nivel de la investigación que se hace. Es una situación que se está consolidando, y que no era tan así hace diez años”, señala el profesor Rodrigo Cádiz.

Rodrigo Cádiz, además, está trabajando en otros dos proyectos grandes en paralelo. Con el musicólogo y académico del Instituto de Música UC José Manuel Izquierdo, conquistaron un Anillo para el proyecto "Chilean Art Music: Cultural Practices as Heritage”.

A partir de la tesis de doctorado que desarrolló el compositor René Siva en la Facultad de Artes UC, que era sobre el organillo chileno, decidieron expandir el tema a otros dominios. Convocaron luego a las musicólogas Daniela Fugellie y Eileen Karmy, académicas de las universidades Alberto Hurtado y de Playa Ancha, respectivamente.

“Entre todos armamos un proyecto ya no sólo del organillo chileno, sino de todo el ecosistema de la música clásica en Chile, entendiéndola como patrimonio cultural. Tiene que ver con estudiar relaciones, el repertorio patrimonial, cómo funcionan las agrupaciones que se dedican a la música clásica, cómo se llega a hacer música clásica, qué música se programa y, cuál no, dónde, por quiénes, con qué recursos… Es un sinfín de preguntas de investigación que surgen en torno a tratar de entender todo el ecosistema de la música clásica en Chile”, explica Rodrigo Cádiz.

En marzo iniciarán una línea de trabajo que inevitablemente convocará el interés del medio: cada dos meses harán un seminario en torno a temáticas específicas vinculadas a la música clásica y abiertos a todo público.

José Manuel Izquierdo, académico de Música UC y coejecutor del proyecto Anillo. Foto: Dai Liv.

En cuanto a su financiamiento, un proyecto Anillo representa tres o cuatro veces un Fondecyt, con un presupuesto máximo de $150 millones por año, por un período de tres años. “Eso implica más recursos para contratar más gente, entonces podemos contratar postdoctorados, doctorados, alumnos de pregrados, es una convocatoria que ya está abierta”, explica. Esa convocatoria está aquí.

La convocatoria Anillo de la Asociación Nacional de Investigación y Desarrollo, Anid, apunta a la asociatividad, y financian investigaciones de un mínimo de tres académicos y un máximo de cinco.

Por otra parte, Rodrigo Cádiz está iniciando un proyecto de investigación con la artista visual Nooshin Hakim Javadi, académica de la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos. El proyecto fue financiado por un fondo ND – UC|Chile Luksic Scholars Joint Research Awards. Más información aquí. Se titula “Diatomic Variations: The Occurrence of Sounds from the Fossilized Past”.

“Tenemos una temática en común que es tratar de llamar la atención sobre lo que significa hoy en día seguir dependiendo del petróleo. Más allá de los costos que todos conocemos, también tiene manifestaciones visuales interesantes asociadas a las refinerías, las plantas extractoras  y los ductos. Vamos a hacerlo a través de instalaciones sonoras inspiradas en el proceso de refinamiento y de transmisión de gas o de petróleo, por ductos. Será una especie de escultura sonora, interactivo, que represente qué implica hoy día tener todas estas plantas y estas cosas alrededor nuestro”.

Esta semana el profesor Cádiz viaja a Estados Unidos para trabajar allá con su colega por diez días. En julio se montará la instalación en Estados Unidos, en un museo, y a fin de año se montará acá en Chile.

Alejandro Vera: “Este proyecto Fondecyt consiste en estudiar un género súper interesante y muy representativo de la tradición musical hispana y colonial: los villancicos de Lima y Santiago”

El musicólogo Alejandro Vera, profesor del Instituto de Música UC y director de la Revista Resonancias, se adjudicó un Fondecyt Regular para su proyecto “Entre lo sagrado y lo profano: el villancico en Lima y Santiago de Chile (siglos XVII-XIX)”, que tiene como coinvestigadora a Olaya Sanfuentes, del Instituto de Historia UC.

“Este Fondecyt es importante porque me permite estudiar un género súper interesante y muy representativo de la tradición musical hispana y colonial, y que hasta ahora no había tenido oportunidad de estudiar en profundidad”, indica Alejandro Vera.

Alejandro Vera. Foto: Karina Fuenzalida.

Alejandro Vera. Foto: Karina Fuenzalida.

¿Por qué deciden poner el foco en los villancicos? ¿Es porque se practicaban mucho en alguna época? ¿Es un corpus grande?

“Es un corpus grande. Hice el recuento para el proyecto, y estamos hablando de por lo menos 150 obras. Es un género muy interesante porque aparte de que era muy cultivado, le gustaba mucho a la gente y contribuía a llevar gente a las iglesias. Y es un género que mezcla lo profano con lo sagrado; muchos de los villancicos, si bien son religiosos todos, están inspirados en canciones profanas de la época, e incorporan a veces ritmos, armonías y melodías de danza. Otras veces se conectan con piezas tomadas del teatro. Entonces es un género muy polifacético y muy variado. Y lo otro importante es que en Lima, pero especialmente en Santiago se conservan villancicos muy tardíos, incluso de la primera mitad del siglo XIX. Los más tardíos probablemente sean los que escribió Alzedo, cerca de 1840-1850, y esa es una época tardía que ha sido muy poco estudiada. Entonces, se trata de mirar el género en una época en la que en general no se ha mirado, una época en la que están pasando muchas cosas”.

Es singular e interesante que siga vigente el villancico entrado el siglo XIX, cuando se estaba instalando la República.

“Claro. Están pasando muchas cosas en términos musicales; hay una confluencia de géneros y de estilos muy interesantes ya a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Y no en todas partes el villancico pervivió tanto tiempo, en otras partes se reemplazaron por responsorios y otras piezas en latín. Lo otro que me interesa es qué nexo hay con el villancico popular de fines del siglo XIX y del siglo X. Hoy nosotros seguimos usando el término villancico, pero para referir al mundo anglo, una canción navideña popular. Entonces ahí Olaya Sanfuentes, que es la coinvestigadora del proyecto, ya ha empezado a mirar esto y queremos ver con más detalle cómo ese villancico que hacen músicos profesionales, que es polifónico y que se compone en instituciones grandes, como las catedrales o los conventos, cómo esa misma pieza a lo mejor se relaciona con ese villancico popular sencillo que canta la gente desde fines del siglo XIX en adelante”.

Esa simbiosis que se da en el villancico entre lo profano y lo sagrado, ¿implica que la música proviene del ámbito popular, pero la letra fue escrita en función de la evangelización, la adoración u otro uso litúrgico?

“Claro, en principio la letra es totalmente religiosa y la música tiene que ver con algo popular muchas veces, o tomado de música secular de la época, o sea, no religiosa. Pero también pasa que algunos de los textos están inspirados en textos profanos que ya existían. Entonces, en los mismos textos religiosos de pronto uno se encuentra ciertos gestos retóricos, guiños o palabras que hacen una lectura de un texto profano. Y los moralistas del siglo XVII y XVIII se quejaban mucho de eso, reclamaban que un texto hablara de Cristo, de la Virgen y de actrices del teatro de la época. Así que se ve mucha crítica al villancico por eso, pero eso mismo lo hace tan interesante”.

Alejandro Vera: “Tras la caracterización cuantitativa, analizaremos algunos villancicos concretos para ver cómo se relacionan con el texto, con la festividad a la que estaban dedicados y cuáles son los recursos musicales predominantes”.

En su nuevo proyecto Fondecyt, explica el profesor Alejandro Vera, “hay una caracterización global que es bastante cuantitativa; nos interesa ver cuántos villancicos hay y caracterizar tipos de subgéneros, por ejemplo, a qué fiestas religiosas estaban dedicados, caracterizar el corpus en términos globales y también ver sus concordancias con repertorios de textos escritos que hay de villancicos del siglo XVIII, que son muchos en España y ya hemos encontrado concurrencias de ese tipo, pero la idea es verlo en profundidad. Y también, concurrencias con otros repertorios de villancicos musicales que hay en el resto de América, por ejemplo, las colecciones que haya en Bogotá, en Sucre también en Cusco”.

Así, tras la caracterización cuantitativa, analizarán en profundidad ciertas piezas concretas, para ver “cómo se relacionan con el texto, con la festividad a la que estaban dedicadas y cuáles son los recursos predominantes desde el punto de vista musical”.

Asimismo, cruzarán datos para ver cuántos y cuáles villancicos se interpretaban en Lima y Santiago, pero también respecto de México y Bogotá. Para hacer esos cruces, hay trabajos que pueden servirles, por ejemplo, los de Stevenson.

¿Va a tener un capítulo o un apéndice esta investigación que consista en una selección de piezas que efectivamente serán recuperadas para quedar a disposición de intérpretes modernos que quieran abordarlas?

“Sí, así es. Hay contemplada también una transcripción de piezas a notación moderna para que justamente esté a disposición de los intérpretes. Las características precisas de esa edición se va a ir viendo en el proyecto, pero sí está contemplada una edición crítica de una selección del repertorio, para que se difunda más por otros medios, en este caso de la interpretación y de la grabación ojalá también”.

Al abordar los legados y la práctica musical de la Catedral de Lima y de la Catedral de Santiago, en conjunto, darán un nuevo paso para desmentir la idea, aún asentada en la ciudadanía, de que la vida musical en Chile era pobre en ese período.

“Esa idea se vio durante muchísimas décadas y uno de los objetivos que he tenido en mis propios trabajos y también que han tenido otros investigadores es superar esa visión que no se condice con la realidad. Quizás en Santiago no había los recursos musicales que había en Lima y probablemente en Lima tampoco había los que había en México o en Puebla, pero de ahí a plantear que este era un territorio, como decía algún historiador por ahí, fuera de todos los circuitos y que ni siquiera conocía el clave hasta el siglo XVIII… Eso es un despropósito desde el punto de vista actual, con todos los datos que tenemos hoy sabemos que eso no se condice con la realidad”, asegura Alejandro Vera.

El presupuesto para este Fondecyt es de alrededor de $40 millones por año, la ejecución se iniciará en abril de este año, y son tres años de ejecución. “Hay una plaza para un tesista  y también para un ayudante. Eso es lo mejor que tienen estos proyectos, que dan recursos para hacer cosas más grandes y tener más apoyo, porque uno por mucho que a mí me gustaría hacer todo yo, trabajando, junto con mis colaboradores directos, con todas las cosas que implica el trabajo académico es inviable encargarse de todo al mismo tiempo”, confiesa el musicólogo.

The Sweet Penance of Music. Musical Life in Colonial Santiago de Chile, de Alejandro Vera, libro por el cual recibió el Premio Robert Stevenson 2022. Ver nota aquí.

El año pasado, tras haber obtenido siete Fondecyt seguidos, lo que implicó 15 años de trabajo, Alejandro Vera tuvo su primera negativa. En esa ocasión, había postulado una versión previa del proyecto que ahora sí se adjudicó, y quedó en lista de espera.

“Los evaluadores me hicieron varias observaciones  y algunas críticas al proyecto, lo que me tomé en serio. Revisé todo, incorporé bibliografía y modifiqué el proyecto mucho con relación a la versión anterior, atendiendo aquellas críticas que me hacían más sentido, y creo que eso explica que haya tenido éxito ahora en la postulación”, reconoce.

Este año, además de iniciar el nuevo proyecto Fondecyt sobre los villancicos de Lima y Santiago, Alejandro Vera seguirá generando publicaciones resultantes de un proyecto Fondecyt que terminó hace un año, porque la pandemia atrasó ese proceso. “El material que encontré, fue muy rico, entonces todavía hay cosas, algunas estarán en prensa, otras salieron recién, y alguna otra está por escribir. También postulé a otro proyecto de Creación y Cultura Artística que vamos a ver si sale”, cierra el musicólogo.

 

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