Recital de órgano del XVII Encuentro de Música Sacra será sin público y se transmitirá por streaming

14 de marzo de 2020


Alejandro Reyes van Eweyk ofrecerá una panorámica de todas las épocas creativas de Bach. Foto: Gonzalo Beltrán.
Web noticia 17 marzo

Alejandro Reyes van Eweyk ofrecerá una panorámica de todas las épocas creativas de Bach. Foto: Gonzalo Beltrán.

El profesor IMUC Alejandro Reyes van Eweyk abordará el coral de Semana Santa “Hombre llora tus pecados” y “Todos creemos en un solo Dios”, de la Misa para órgano de Johann Sebastian Bach, además del último Preludio y Fuga que compuso. Aquí explica por qué eligió estas obras para su concierto del 17 de marzo, en el Templo Mayor.

“Todos creemos en un solo Dios” se titula el segundo programa del XVII Encuentro de Música Sacra del Instituto de Música de la Universidad Católica (IMUC). Se trata del único recital de instrumento solo programado en el ciclo, y estará a cargo del profesor IMUC Alejandro Reyes van Eweyk, al órgano.

El concierto será el martes 17 de marzo en el Templo Mayor del Campus Oriente UC (18:00 horas, Jaime Guzmán 3300, metro Chile España). La entrada es liberada, con entrega de tickets al inicio y un cupo limitado de 150 personas en el concierto, como medida preventiva ante el coronavirus.

La ocasión es especial, porque Alejandro Reyes van Eweyk celebrará con música en vivo, como todos los años, el cumpleaños 335 de Johann Sebastian Bach. “El 21 de marzo es fundamental para mí. Bach ha sido ungido como el padre de la música por músicos de la importancia de Beethoven, Mozart y Brahms”, explica.

Miembro de número de la Academia Chilena de Bellas Artes, Reyes van Eweyk le dedica hace 30 años un concierto a Bach alrededor de la fecha: “Normalmente nos juntamos muchos amigos y feligreses de la misma religión. Pero esta vez se me ocurrió hacer un recital solo porque tenemos un estupendo órgano en el Templo Mayor y es poca la oportunidad de tocarlo”.

En esta ocasión, el organista ofrecerá una panorámica con momentos muy distintos de la obra de Bach, desde una pieza adolescente hasta su último Preludio y Fuga que compuso. “La Fantasía en Sol Mayor la escribió cuando todavía estaba en el internado en Lüneburg, donde tuvo contacto con el estilo francés. Debe haber tenido 15 o 16 años, pero es de una profundidad, a pesar de su juventud, que es de locos”, exclama Reyes van Eweyk.

—¿Cómo abrirá su programa?

“Es el Preludio-coral Wir glauben all an einen Gott (‘Todos creemos en un solo Dios’), que es el Coral del Credo, de la Misa para órgano de Bach. En Leipzig, cuando ya prácticamente sólo escribía cantatas para el culto y tenía muy poca opción de tocar órgano, Bach escribió en paralelo cosas como ‘El Clavecín bien temperado’ y la colección de ejercicios Clavier-Übung, y culmina con una Misa para órgano. El Coral del Credo es un monumento, es una tremenda catedral. Después de escucharlo, tienes la impresión de haber rezado una semana completa. Es un testimonio de fe musical a otro nivel”.

—Y después, ¿qué obra interpretará?

“Tocaré el Trío en Do Menor de Fasch, que fue atribuido a Bach durante mucho tiempo, y que todavía sigo investigando dónde está la conexión, porque estilísticamente hay muchos puntos de contacto. Además de que es una obra muy linda, tengo una razón sentimental para incluirla, fue el primer Trío para órgano que toqué y en aquél entonces se lo atribuía totalmente a Bach”.

“Bach es un hombre temeroso de Dios”

El programa de Reyes van Eweyk para el 17 y 18 de marzo incluye también el Preludio y fuga en Do Mayor, y tres preludios-corales: Vater unser im Himmelreich (“Padre nuestro”), O Mensch bewein dein Sünde gross (“Hombre llora tus pecados”) y Christus, der uns selig macht (“Cristo, el que nos santifica”).

“Son parte de la colección de 45 corales llamada ‘Pequeño Libro de Órgano’, y son una especie de biblia para el organista. El más notable es ‘Hombre llora tus pecados’, que es un coral de Semana Santa, donde Bach experimenta con tonalidades que normalmente no hacía, porque era bastante conservador. Pero lo que hace ahí es armónicamente una locura, y lo hace para resaltar las cosas humanas, el dolor, la constricción y el arrepentimiento”, comenta el profesor.

Asimismo, destaca que “Bach estaba trabajando en esta colección cuando a él le correspondía ser el siguiente director de la orquesta en la Corte de Weimar, y se lo saltaron. Entonces él quedó tan ofendido que empezó a buscar trabajo en otro lado. En la corte de Köthen lo aceptaron inmediatamente, y él le avisó que se iba al príncipe de Weimar, quien lo metió a la cárcel. Entonces Bach escribió esta colección en la cárcel. Originalmente debería haber tenido 164 corales, pero cuando iba en el número 45, lo liberaron” (ríe).

—¿Lo que pensara Bach les dio lo mismo, aunque fuera un músico de la corte? ¿Lo minimizaron?

“Claro, los músicos eran considerados lacayos. Los contratos eran tan leoninos en aquel entonces que los derechos de las obras se cedían a los monarcas para siempre. Un poco más allá, el Rey Sol oía misa de cara al altar y la corte, de cara al monarca. O sea, recibían al Dios a través del semi-dios. La diferencia, entonces, entre la nobleza y los plebeyos era muy grande”.

—¿Y cómo cierra su programa?

“Con el último Preludio y Fuga que escribe Bach para órgano. Es realmente increíble, de muy alta exigencia técnica, y de una factura musical de un Bach tremendamente maduro, en un momento en que prácticamente no tenía ninguna ocasión de tocar, porque estaba muy ocupado componiendo una cantata para cada semana, y además tenía que hacer clases de latín, instruir musicalmente a sus alumnos y estaba a cargo del Collegium Musicum, es decir, organizaba sus conciertos todas las semanas. Tenía una actividad impresionante y para el órgano sencillamente no tenía tiempo. Lamentablemente, esta obra no es tan conocida por el público, pero el que la escucha inmediatamente queda cautivado porque es tremenda”.

—¿Por qué Bach es un ineludible en el Encuentro de Música Sacra UC?

“Aunque escribiera una bagatella, un minueto o una suite, él siempre firmada SDG, Soli Deo Gloria. Bach es un hombre temeroso de Dios y siempre escribe encomendándose al Señor; ésa es la esencia de su música. Si este pensamiento nos alcanza y motiva, importa poco. El resto lo hace Bach. No necesitamos ser religiosos para tocar esa música sublime; la espiritualidad fluye naturalmente con Bach”.

Revise más propuestas del Encuentro de Música Sacra en Noticias < https://musica.uc.cl/noticias>, los programas en Te invitamos y las fechas en nuestro calendario.

Revise además, las particularidades del órgano del Templo Mayor en una nota pre- inauguración

Información periodística: Romina de la Sotta Donoso / Extensión IMUC.

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