Repertorio sudamericano para viola y piano: Georgina Rossi y Silvie Cheng hablan de su compromiso con nuestras músicas

3 de junio de 2022


Se abordarán obras para dúo de Juan Orrego-Salas, Brenno Blauth y Osvaldo Lacerda el martes 7 en el Centro de Extensión Oriente y el miércoles 8 en el GAM. Llevan nueve años tocando juntas y la crítica las ha aplaudido.

photo_camera Silvie Cheng y Georgina Rossi. Foto:Shervin Lainez.

La violista Georgina Rossi y la pianista Silvie Cheng tocan juntas como dúo hace nueve años. En agosto publicarán su segundo disco, que estará dedicado a repertorio brasilero del siglo XX. Su primer CD, Mobili, se consagró a compositores contemporáneos chilenos. Y ahora, en la 58ª Temporada de Cámara del Instituto de Música UC, mostrarán ejemplos de ambos trabajos discográficos.

Su concierto se titula “Música sudamericana, edición viola y piano”, y se realizará a las 19 horas del martes 7 de junio en el Auditorio del Centro de Extensión Oriente (Jaime Guzmán 3.300, metro Chile España), con inscripción gratuita aquí y con transmisión en vivo en música.uc.cl. Este concierto se repetirá, además, a las 19 horas del miércoles 8 de junio en el Centro Cultural GAM (Alameda 227, metro Universidad Católica), con inscripción aquí.

Georgina Rossi y Silvie Cheng. Foto:Tayla Nebesky.

Ambas intérpretes son profesoras; Georgina Rossi lo es en el Instituto de Música UC, y Silvie Cheng, en la Manhattan School of Music de Nueva York. También fueron formadores de nuevas generaciones los tres compositores que abordarán en su programa debut en Chile.

El compositor chileno Juan Orrego Salas (1919-2019), obtuvo el Premio Nacional de Artes Musicales en 1992. Fue además arquitecto, y uno de los fundadores del Instituto de Música UC, cuando aún era un departamento, así como su primer director en los años 1960 y 1961, cuando fue nombrado profesor de composición y música latinoamericana de la Universidad de Indiana. Allí fundó el Latin American Music Center, entidad que dirigió hasta 1987 y que durante décadas realizó una labor incomparable de difusión de la creación regional.

Los otros dos compositores elegidos son brasileros: Osvaldo Lacerda (1927-2011) y Brenno Blauth (1931-1993). El primero es uno de los exponentes del estilo nacionalista brasilero y combinó elementos de la música popular y el folclor locales. Osvaldo Lacerda enseñó en la Escuela Municipal de Música de Sao Paulo y publicó una serie de libros de formación musical. Este compositor paulista, además, estudió con Aaron Copland en Tanglewood y fue becado por la Fundación Guggenheim, al igual que Juan Orrego-Salas.

Brenno Blauth también fue un influyente formador, en paralelo a su trabajo creativo. Nació en Porto Alegre y tuvo varios periodos muy distintivos de producción como compositor; primero desarrolló el nacionalismo y la investigación folclórica, luego incorporó recursos politonales, dodecafónicos y aleatorios, para finalmente dejar atrás la vanguardia yretornar a cierto tradicionalismo.

Georgina Rossi: “Estas son obras de gran valor y al interpretarlas buscamos honrar el trabajo de cada compositor”

El programa abrirá con Appassionato, cantilena e toccata para viola y piano de Osvaldo Lacerda, seguirá con Mobili, de Juan Orrego-Salas, y cerrará con la Sonata para viola y piano de Brenno Blauth, en su estreno en Chile.

Los tres compositores que interpretarán tuvieron un rol importante como profesores en paralelo a su labor creativa. ¿Qué implica eso en sus concepciones musicales?

Silvie Cheng: “Algunos de estos compositores sólo escribieron una obra para viola, y por eso parece que estuvieran tratando de destilar toda su propia voz en una sola pieza. Por eso es tan esencial todo lo que ponen ahí. Además, creo que querían transmitirles un legado musical a sus estudiantes para que ellos mantuvieran viva esta tradición. Por eso siempre estamos mirando bajo la superficie y encontrando más y más cosas. Por ejemplo, Mobili la grabamos hace más de dos años y ahora cuando volvamos a ensayarla estoy segura de que descubriremos algunas cosas nuevas”.

Georgina Rossi: “Una de las cosas mágicas que tiene el estudio de la música es que es un traspaso de generación en generación, y es un traspaso que no se puede hacer con un libro, sino a través de la figura de mentor, persona a persona, profesor a estudiante, en el tiempo que se comparte en la sala de clases, en el escenario, en ensayos de música de cámara, etcétera. Nosotras tocamos partituras que no se graban casi nunca y que son nuevos recursos para una generación joven y para el mundo de la música clásica de hoy en día. Son obras de gran valor y al interpretarlas buscamos honrar el trabajo de cada compositor y agregar nuestra voz con humildad, con respeto y con cariño”.

Para ambas intérpretes era importante tocar Mobili, la obra que le dio título a su primer disco. “La incluimos porque teníamos pendiente un concierto de música chilena que nunca pudimos hacer en Chile; se canceló en 2019 y en 2020 de nuevo. Ahora estamos trabajando con música de Brasil, pero quisimos tocar al menos una vez Mobili”, apunta la violista y profesora Rossi.

Georgina Rossi: “La música de Juan Orrego-Salas tiene una cualidad eterna y una belleza muy pura”

“Orrego-Salas es un gran compositor; híper moderno, adhiere estrictamente al modernismo, es casi anticuado en ese sentido. Estudió con Copland y en él hay una pulcritud profunda, nunca sobra una nota, las armonías son muy claras y las melodías son muy bellas. Pero él nunca es indulgente”, asegura Gegorgina Rossi. “Siempre es muy moderado y escribe con gran inteligencia, de manera que esa moderación hace que las emociones que expresa su música sean tan profundas, porque nunca es de más. Su música tiene una cualidad eterna y una belleza muy pura”, agrega.

Para la pianista chino-canadiense Silvie Cheng, en Mobili la viola y el piano sostienen un diálogo de igual a igual: “Se siente como si estuviéramos conversando; a veces somos como hermanas discutiendo, interrumpiéndonos mutuamente, en otros momentos compartimos una historia juntas. Esta es una de las cosas que hacen relevante la música de Orrego-Salas; sus armonías pueden ser progresistas y disonantes, pero él está contando una historia y eso permite que todo el mundo se sienta abrazado por el mundo sonoro que ha construido”.

La Sonata para viola y piano de Brenno Blauth, ¿corresponde a cuál de sus períodos? ¿Es más bien nacionalista o vanguardista?

Georgina Rossi: “Es un poco de los dos, definitivamente se escucha vanguardista. El hermano de Silvie, por ejemplo, la escuchó ensayando su parte, y le preguntó cuál obra de Shostakovich estaba estudiando. Pero además de esa afinidad con la música de Shostakovich, en Blauth también se escucha intensamente el nacionalismo; tiene armonías muy coloridas, ritmos muy propios de Brasil”.

Silvie Cheng: “Blauth se las arregla para unir ambos mundos armónicamente. En el ritmo hay algo que es distintivamente brasilero, pero creo que sucede lo mismo que con Shostakovich, que no puedes evitar sentir que estás en los dos mundos”.

Osvaldo Lacerda es bastante distinto, ¿no? Fue becario de la Guggenheim, igual que Orrego-Salas, pero su obra está más en la tradición, ¿no?

Silvie Cheng: “Creo que su música, al menos para mí, es mucho más romántica y lírica. Hay libertad en su trabajo y un sentido de alegría. Suena muy simple, pero tiene muchas capas muy intrincadas y ritmos brasileros internos; debemos encontrar el equilibrio exacto para hacerle justicia. Mientras el ritmo en Blauth se siente a veces como un motor, que va siempre hacia adelante, Lacerda quiere una flexibilidad en el tempo”.

Georgina Rossi: “Lacerda suena un poco melodía, melodía, melodía, todo fácil, pero en realidad tiene una sofisticación muy complicada por debajo y hay que lograr hacerle justicia a eso, como decía Silvie, y no olvidar que él estudió también con Copland en Tanglewood, y al igual que en Orrego-Salas, se escucha esa influencia: mucha pulcritud, no sobra nada y el sonido nunca es demasiado denso. Lacerda parece ser muy intuitivo, pero no lo es, entonces hay que tener mucha disciplina para hacerle justicia”.

Silvie Cheng: “En este repertorio hay algo que realmente puede hablarle al alma de cada asistente”

La pianista Silvie Cheng destaca que “es un honor tan grande ser parte de esta temporada de música de cámara”, y aclara que en ninguna de las tres obras del programa el piano es un mero acompañante. “El público no solo descubrirá algo nuevo, porque probablemente nunca haya escuchado algunas de las piezas que tocaremos, sino que además experimentarán cierta familiaridad, quizás una conexión o un sentido de hogar, que quizás no han sentido en un concierto típico, con obras de Mozart y Brahms. Hay algo en este repertorio que realmente puede hablarles a sus almas”.

Se suma la violista Georgina Rossi: “El público se sorprenderá con la belleza de las obras y con la forma en la que llegan directamente al corazón”.

Silvie Cheng: “Amo la experiencia de descubrir música chilena y brasilera. Para mí ha sido como visitar Marte o Júpiter”

Georgina Rossi y Silvie Cheng se conocieron cuando ambas estudiaban en la Manhattan School of Music de Nueva York. “Georgina estaba haciendo su bachelor cuando yo estaba haciendo mi master. Éramos roommates y nos llevamos muy bien; amamos el mismo tipo de música y el arte. Cuando ella dio su recital de graduación me preguntó si tocaría algunas canciones argentinas con ella, y así fue como comenzamos. La primera vez que tocamos juntas interpretamos música sudamericana y ésa ha sido la base de nuestra relación musical, la que ha florecido en estos casi diez años”, asegura la pianista chino-canadiense.

Juntas grabaron su primer disco, Mobili (2020), que ha tenido una gran acogida de la crítica y que consagraron por completo a repertorio chileno. Su título hace referencia a la obra homónima de Juan Orrego-Salas, que justamente grabaron con ocasión de su centenario, y que ahora interpretarán en el concierto.

Cheng valora la variedad de estilos que incluyeron en el disco. “Son cinco décadas de música. Cuando grabamos Tololo, que se inspiró en el observatorio, sentíamos que los sonidos venían desde el espacio", indica, en referencia a la obra de David Cortés. "En cambio, Mobili, de Orrego-Salas está más conectada a la tierra”, agrega.

Para esta pianista, el repertorio al que se abocan como dúo, es muy interesante: “Disfruto explorar este nuevo mundo sonoro; guiada por alguien que lo conoce tan bien como Georgina. Este repertorio tiene una historia tan rica, y una gran riqueza armónica, porque todos los tipos de arte influencian la música de América Latina. Para mí ha sido como visitar Marte o Júpiter, y amo esta experiencia de descubrir la música chilena y ahora la brasilera”.

Georgina Rossi es enfática: está comprometida con la creación regional. “Dentro del limitado poder que tengo como ser humano, sé que al publicar un disco que ha sido hecho con cariño, intención y tiempo, se dará acceso  a esta música y se volverá evidente su valor. Otros violistas y pianistas se animarán a tocar estas obras, y el público podrá conocerlas. Me interesa demostrar que somos parte en Latinoamérica de la conversación global sobre qué está pasando en la música contemporánea hoy, y sobre qué pasó en el siglo XX”, cierra la violista.

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